El Renacimiento como germen de la Ilustración
Un factor de extraordinaria importancia, que se observa
desde los albores del Renacimiento, es que todo gira en torno al hombre, a
diferencia de como había sucedido durante la ya agotada Edad Media, en que lo
había hecho, exclusivamente, en torno a Dios. Así, con el renacer de la cultura
grecorromana, se inicia una etapa en la que se abandona la idea del
teocentrismo y se comienza a asumir la del antropocentrismo. Con ésta, se busca
hacer frente a la terrible oscuridad medieval y a poner fin, como anteriormente
ya se ha señalado, a la mentalidad que a lo largo de su pervivencia había prevalecido.
Es en Italia, indiscutible cuna y fuente del mayor flujo del reseñado hecho
cultural, dónde tuvo inicio esta nueva concepción.
Erasmo de Róterdam en 1523. WIKIPEDIA |
Cuando, en cierto modo, se pretende catalogar al hombre
renacentista, teniendo en cuenta que el arte que emana del Renacimiento
conjuga, hombre, naturaleza y antigüedad, es obligado considerar a ese ser,
como una consecuencia lógica de los antecedentes y prefiguraciones medievales,
fomentadas por la ampliación del estudio del hombre y la naturaleza, en
definitiva del Humanismo. Paradigma de ese intenso estudio sería Erasmo,
excepcional humanista holandés, que en su obra “Elogio de la Locura ”, expone y demuestra lo que aquel hombre
pretendía. Erasmo, guía y apóstol del humanismo liberal, recomendaba el retorno
a los clásicos, pues a estos los consideraba un arma defensiva contra la
asfixiante tenaza del intelectualismo escolástico y, por lo mismo, estimaba
necesario centrar el acontecimiento renacentista en la imitación de los
antiguos.
Antes de proseguir, es conveniente consignar lo que
eruditos, como Batllori, sacerdote e historiador español, señala respecto a
conceptos como el de “Humanismo” y el de “Renacimiento” diciendo:
“estos no hay que entenderlos desde un tiempo de límites fijos, sino como
una actitud común de pensadores que desde comienzos del S. XIV hasta finales
del XVI en todos los campos de la especulación intelectual asumen posiciones
acordes con la mutación del hombre en el paso del Medioevo al mundo moderno”
César Borgia por Altobello Melone (Accademia Carrara, Bérgamo). WIKIPEDIA |
El Renacimiento y la cultura que dimana de él, establece
como ideal el hombre universal, un individuo que, como Cesar Borgia,
podía ser guerrero; mercader, como Cosme de Médicis; clérigo, tal como SilvioEnea; o pintor como Leonardo; pero exigiendo para lograrlo en su totalidad, la
calidad global de la gentileza o gracia, adquirida mediante una educación
cuidadosa que hiciera arraigar sólidamente y crecer en armonía los diversos
talentos. Junto al refinamiento, el valor, y la fuerza física, era igualmente
imprescindible el conocimiento de los clásicos, la historia y la filosofía, y
poseer una excelente sensibilidad para la música, la pintura, la arquitectura y
la escultura, haciéndose exhibición de todo ello con armonía y ligereza, sin
pedantería ni esfuerzo aparente.
Durante aquel periodo nuevo que se iniciaba en las
postrimerías del S. XV, un importante grupo de hombres que contaban con
recursos económicos y formación universitaria, coinciden al apreciar que en la Escolástica entonces
existente no hallan las respuestas adecuadas a sus inquietudes e
incertidumbres. Estas se centraban en la forma de educar a los hijos, tratar a
la esposa, comerciar con justicia, o gobernar con rectitud, pues aun existiendo
manuales al respecto de todo tipo, los mismos, confeccionados por clérigos, el
sistema de ideas que en ellos se plasma es meramente eclesiástico. Al no
existir, participación alguna de ideas propias que pudieran provenir de la
población no eclesiástica, su aplicación se consideraba que tendría que ser
limitada solamente a aquellos que elegían el desarrollo de su vida en ámbitos
aislados del mundo.
Así, al preguntarse como un fraile puede disertar acerca
de la dirección de un negocio si no ha abandonado nunca el convento, o en
relación al gobierno o administración de un hogar, si él vive en comunidad y no
en el seno de una familia, optan por buscar soluciones en fuentes completamente
diferentes. De esta forma, se encaminan a hallar la luz en el pensamiento
antiguo, donde a diferencia del que en aquel momento predomina, les ofrece
abundantes y auténticos ejemplos, no dudando por ello profundizar en su estudio
y atenerse a sus enseñanzas, encontrando de esta forma respuesta a las
vacilaciones e indecisiones que se venían sucediendo.
El joven Cicerón leyendo. Fresco por Vincenzo Foppa. 1464. Brescia. WIKIPEDIA |
Analizando y ahondando en el sabio contenido de los manuscritos que conservaban de clásicos
como, Virgilio, Cicerón, Tácito, Ovidio, y muchos otros, los inquietos
intelectuales del Renacimiento, descubriendo, releyendo y repensando de nuevo,
a los citados autores, les condujo a una verdadera y radical evolución de su
pensamiento. Sin pretender eliminar la visión medieval hasta entonces
existente, se comienza a buscar superar a la misma dotando a las ciencias y a
los conocimientos de un nuevo punto de vista que no era otro que el
antropocentrismo, al que ya con anterioridad se ha hecho alusión. Esta doctrina
se desprendía del redescubrimiento y estudio de las culturas griega y romana.
Así, se aceptaría que era absolutamente necesario centrarse en el hombre, sin
abandonar a Dios, pues asimismo, es una evidencia que el perfecto hombre
humanista es cristiano.
De esta manera, el profundo estudio de la filosofía
antigua, unido al descubrimiento de nuevas tierras, y al establecimiento de un
nuevo orden cosmogónico, dotan al hombre renacentista, de una autosuficiencia
que le permite mirar por encima del hombro a los antiguos mitos. Todo ello le
lleva a que comience considerar, de manera crítica, a las dos instituciones que
hasta la Edad Media
habían controlado tanto su cuerpo como su alma, como eran la Iglesia y el Feudalismo.
El desplazamiento de esta última institución, lo originaría el auge de las
ciudades, el incremento del tráfico, la instauración de las monarquías
absolutas y la aparición de una incipiente burguesía.
Lo mismo que los hechos referidos
anteriormente, contribuyeron a la evolución del Renacimiento, este, a su vez,
propició la transformación gradual de los Estados, con el afianzamiento de
nuevas dinastías y monarquías autoritarias. Algo que, unos y otros, no pudieron
impedir, resultaron ser las constantes complicaciones que conllevaba el molesto
e inevitable compañero en que se convirtió el nacionalismo. Este hecho
motivaría sucesivos e ininterrumpidos enfrentamientos, cuyo fin era conseguir
expansiones territoriales, equilibrio de fuerzas y guerras fluctuantes. Italia
en éste aspecto fue el lugar donde abundaron estas confrontaciones y por
consiguiente el principal campo de batalla.
Original del edicto de Nantes. WIKIPEDIA |
No obstante, y a pesar de lo anteriormente consignado, hay
que señalar que las grandes guerras a lo largo del S. XVI, no tuvieron un
origen político, siendo motivadas normalmente por cuestiones sociales
y religiosas. Un ejemplo de ello se produjo en Alemania, con la rebelión, en
1525, de los campesinos en Suabia (Baviera), y la guerra de Esmalcalda
(Turingia) en 1546, por motivos
religiosos. Francia también, hasta el Edicto de Nantes en 1598, fue asolada por
sucesivas guerras y rebeliones, no debiéndose tampoco olvidar, las luchas en
los Países Bajos, lo mismo que los conflictos por tierra y mar con los turcos
hasta la batalla de Lepanto en 1571.
MAS INFO: Documental sobre Erasmo de Rotterdam
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