Arte Plateresco. Universidad de Salamanca (I)

Arte PLATERESCO

UNIVERSIDAD DE SALAMANCA  (1415-1769) (I)

Obra: Conjunto universitario que comprende, Escuelas Mayores, Escuelas Menores (antiguo Hospital del Estudio, conocido como de Santo Tomás), Patio de Escuelas, Bibliotecas, Claustros, y Colegios Mayores.



Propulsor, acontecimientos y hechos relevantes: Alfonso IX de León la funda en 1218, convirtiéndola en lo que muy pronto sería centro universitario por excelencia de Castilla, a lo que contribuyó la unión de los reinos de Castilla y de León, así como la desaparición del primer “Studium” fundado con anterioridad en Palencia.
Fernando III El Santo convertido ya en rey de Castilla y León, en el año 1243 da en Valladolid una Real Cédula confirmando la fundación de la Universidad, y en 1245 el Concilio de Lyon, designa al estudio salmantino como “uno de los cuatro luminares de la cristiandad”, calificativo y categoría que en 1312 confirmaría el Concilio de Viena.
Alfonso X en una miniatura medieval del Libro de los juegos
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El 8 de Mayo de 1254, Alfonso X El Sabio, firma en Toledo la Carta Constitucional de la Universidad, y el 3 de Abril del siguiente año desde Nápoles, el Papa Alejandro IV confirma el Estudio General, otorgado desde Anagni el 15 de Julio del mismo año, la importante concesión  del uso del sello. Desde la misma población dos meses después, el 22 de Septiembre, se dará validez universal a Los Grados de Salamanca con una única limitación de París y Bolonia, que no tardaría mucho en desaparecer. De esta forma a petición de Alfonso X y con denodado empeño de este, la universidad alcanzaría el máximo rango.
El Papa Bonifacio VIII en 1298, al promulgar el Libro VI de las “DECRETALES”, lo hace enviándolo a las cuatro universidades que considera más dignas de recibirlo, siendo una de ellas la de Salamanca. Asimismo en 1313 el Papa Clemente V, accede a otorgar ayudas económicas a la institución universitaria ante la crisis que la misma atravesaba, y veinte años después, en 1333, el Papa Juan XXII concede validez universal a los grados de la universidad salmantina incluso en París y Bolonia.
La consagración de Benedicto XIII
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En el año 1381 el Papa Clemente VII de Aviñón, a través de su enviado, el cardenal aragonés Pedro de Luna, da las primeras constituciones y a la vez urge a la universidad para que se instale en un edificio. En 1416 el Cardenal Luna, convertido en Benedicto XIII, mediante bula promulgada en Peñíscola, ratifica y confirma de manera definitiva la Facultad de Teología. En 1421 debido al conflicto político que hacía difícil la convivencia de la institución universitaria con la ciudad, el rey Juan II declararía su protección a la universidad.  
Martín V, el Papa con el que concluyó el “Gran Cisma”, el 20 de Febrero de 1422 entrega en Roma a los comisionados de la universidad una constituciones más humanas, ya que las últimamente  otorgadas por Benedicto XIII eran excesivamente duras, las mismas prevalecerán ya hasta el S. XX, aplicándose más tarde incluso en América, con motivo de la expansión allí de la universidad.
En una visita realizada en 1480 a Salamanca por los Reyes Católicos, estos ordenan una severa intervención en el estudio salmantino al arcediano de Toledo, Don Tello de Buendía, el cual consigue poner fin a la caótica situación, en la que como el resto de Castilla, se hallaba la universidad. El 4 de mayo de aquel año serían confirmados por los reyes los privilegios de la institución, siendo ellos mismos los que el 17 de mayo de 1492, también confirmarían el Fuero Universitario.
Francisco de Vitoria, profesor del estudio salmantino y creador del Derecho de Gentes, en 1542 consigue la promulgación de las Leyes Nuevas de Indias, y en 1550 siguiendo las corrientes renacentistas con sus descubrimientos científicos, la universidad aprueba la creación de una cátedra de anatomía, para lo que se la dotaría dos años más tarde de un edificio propio.
En 1561 da comienzo del reinado de Felipe II, los estatutos de la universidad, en la cátedra de astrología determinaban que se podía leer y estudiar, entre otros, a Copérnico, el cual comenzaba a proclamar contra el parecer general, que no era el sol el que giraba en torno a la tierra sino a la inversa. Ya en 1572 Fray Luís de León, eminencia de la poesía lírica, como consecuencia de una traducción que hace al castellano del “Cantar de los Cantares”, del Rey Salomón, se ve sometido a un proceso incoado por el Tribunal de la Inquisición, por el cual fue encarcelado y privado de libertad hasta Diciembre de 1576, produciéndose entonces su liberación por un probable mandato de Felipe II.
En el S. XVII se produce el declive de la universidad después de la etapa gloriosa que tuvo lugar en el siglo precedente. A ello comenzó contribuyendo la prohibición que en 1559 ordenó Felipe II, la cual impedía que los españoles estudiaran fuera del país, siendo asimismo también definitivo la famosa condena en 1616 de Galileo y de Zúñiga, que al ser aceptada y obedecida por el estudio salmantino, apartaba al mismo de la revolución científica que estaba entonces en marcha. También repercutió de manera muy significativa la actitud prepotente de los colegios mayores, los cuales con su despótico comportamiento oprimían de manera permanente a la Universidad.
En el siguiente siglo se consumaría el declive de la Universidad, perdiendo la misma a los grandes maestros y a la vez prestigio, disminuyendo como consecuencia de ello de manera importante el número de alumnos. Todo esto se originaba dando la espalda a la renovación científica por la que estaba entrando la sabiduría en Occidente. En 1771 el afán renovador del gobierno de Carlos III, intentó la gran reforma del estudio, comenzando combatiendo la prepotencia de los colegios mayores. También en 1807, en las postrimerías del antiguo régimen y a poco de verse invadida España por las tropas napoleónicas, el plan del ministro Caballero, tomando como modelo al estudio salmantino, intentó la reforma universitaria.
El S. XIX traería un nuevo estilo universitario, concretamente la nueva universidad de cuño napoleónico impuesta por Francia y que se extendería por casi toda Europa. La implantación en 1845 del nuevo modelo para Salamanca fue catastrófico, pues este año el Plan Pidal que conduciría en 1857 a la Ley de Instrucción Pública, más conocida por la Ley Moyano, reducía la universidad a tres facultades, Teología, Derecho y Filosofía y Letras, pudiendo otorgar la licenciatura las dos primeras y únicamente el bachiller la última. Asimismo el gobierno declaraba que en España solamente existía una universidad, la Central, creada en Madrid. En 1868 se llegaría incluso a suprimir en Salamanca la facultad de Teología.
El 14 de Octubre de 1872, el rey Amadeo de Saboya, declaró oficial a petición del rector, la Escuela Municipal de Medicina, que habían creado el Ayuntamiento y la Diputación. Entre 1869 y 1900, Mamés Esperabé Lozano, humanista infatigable, ostentó el más largo periodo del cargo de rector en la universidad, destacando su entrega al viejo estudio y consiguiendo con ella su lenta recuperación. En esta nueva fase en que se aplicarían las sucesivas reformas, destaca el magisterio en derecho, de Dorado Montero, y la incorporación del entonces joven profesor Unamuno. Igualmente en este periodo se apreciaría la línea de enseñanza que entonces ya propugnaban los prohombres de la Institución Libre de Enseñanza, algo que de forma importante propició la vinculación que Don Mamés mantenía con Francisco Giner de los Ríos.
El S. XX se inició con la jubilación del Rector Esperabé y el comienzo en el mismo cargo de Miguel Unamuno, así como con el reconocimiento en 1901 del carácter oficial de las facultades de Medicina y Ciencia, en virtud de una orden cursada por Romanones.

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