Arte Barroco. Generalidades de las construcciones barrocas en Salamanca.

Arte BARROCO  (S. XVII – S. XVIII)

Generalidades de las construcciones barrocas en Salamanca


Este estilo trajo una importante actividad arquitectónica a Salamanca, que alcanzaría su plenitud mediado el S. XVIII, concretamente durante el reinado de Fernando VI (1746-1759). Esto motivará que edificios relevantes del barroco español se hallen en esta ciudad, pudiendo así muy bien equipararse la importancia de la Salamanca plateresca, con la Salamanca barroca, originado tanto por la calidad como por el número de sus monumentos.
 
A todo ello contribuyó de forma importante la facilidad de la labra de la singular piedra salmantina, que hace que el barroco en esta ciudad, la decoración que exhibe, encuentre gran similitud con el plateresco. Al margen de arquitectos menores como Setién, Pedro de Gamboa o Francisco Álvarez, la verdadera relevancia la obtuvieron con su intensa y casi siempre acertada actividad, la dinastía de los Churriguera.

El mayor de los hermanos Churriguera, José Benito, llegó a Salamanca en 1692, del cual entre sus diferentes e importantes trabajos, habría que destacar el retablo del Convento de San Esteban. Su hermano Joaquín, que principalmente era retablista tuvo una obra más densa. La misma se inicia en 1702 con el retablo mayor del Convento de las Claras, y como arquitecto en 1714, sería nombrado maestro mayor de la Catedral Nueva. Alberto, al contrario que su hermano Joaquín, es considerado más arquitecto que retablista, también él ocupó en la Catedral Nueva el mismo cargo que con anterioridad había desempeñado su hermano. La obra religiosa de mayor envergadura llevada a cabo por este, es la iglesia de San Sebastián.

Esta dinastía familiar se completa con el sobrino, Manuel de Larra Churriguera, nacido en Salamanca en 1693. La obra de mayor relevancia del mismo fue la antesacristía y vestuario de la Catedral Nueva, la cual llevó a cabo a mediados del S. XVIII. El arte desarrollado por esta saga familiar fue muy denostado por los neoclásicos, tildándolos de “heresiarcas” y “jerigoncistas”.

En abierta competencia con el último de los Churriguera, en 1729 procedente de Santiago de Compostela, llega a Salamanca Andrés García de Quiñones, quien en su arquitectura incorpora elementos que convivirán con otros tomados de Alberto Churriguera. Su estilo se caracteriza por el empleo de grandes bocelones, cueros recortados, y cogollos florales, tendiendo todo ello a la abstracción.

Hay que señalar también, la llegada en 1750 de Simón Gavilán Tomé, cuyo arte fluctúa entre el rococó y el inicio del neoclasicismo. De su obra hay que destacar un tabernáculo de mármol, de construcción clásica, realizado para la iglesia de San Sebastián. El mismo en la actualidad se encuentra repartido entre la Catedral y la iglesia de San Martín.

Con una similar evolución en su arte arquitectónico, tiene entonces también su presencia en Salamanca, Juan de Sagarvinaga. Este con esquemas góticos y decoraciones rococó, levantaría la sacristía de la Catedral Nueva en 1755, siendo también él, el que unos años después dirigiría la reparación del arruinado cimborrio de la misma.

Como último arquitecto de este interesante estilo arquitectónico, hay que hacer necesariamente referencia a Jerónimo García de Quiñones, hijo de Andrés, que orientado por el neoclasicismo, del cual serían continuadores los anteriormente mencionados, Gavilán y Sagarvinaga, realiza obras tan destacadas como el labrado en 1717 de las balaustradas del primer cuerpo de la torre de las campanas de la Catedral Nueva. El mismo un año después lleva a cabo la reconstrucción de la antigua iglesia de San Blas. Ya en 1773 levanta el claustro del Convento de las Ursulas, así como las dos portadas que se hallan al mediodía de la iglesia de este convento, realizando igualmente la restauración de la iglesia de San Martín. Junto a Ramón Calvo, en 1785 interviene en la reconstrucción del claustro de la Catedral Vieja, obra ésta para la que ya no cuenta con los principios del barroco florido.

1 comentario:

  1. Buena entrada. Información profusa pero no densa, completa y rigurosa. Qué ganas de ver de nuevo Salamanca

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