Arte Barroco. Edificios religiosos barrocos. Iglesia de San Sebastíán

Arte BARROCO  (S. XVII – S. XVIII)
EDIFICIOS RELIGIOSOS BARROCOS (1533-1765)


IGLESIA DE SAN SEBASTIAN

Hoy este templo que desempeña la función de parroquia, fue la capilla del Colegio Mayor de San Bartolomé (Anaya). El edificio ocupa el lugar de otra que hubo en el S. XIII y que perteneció a los Dominicos.

La actual iglesia se rehizo por mandato del Cardenal Juan Álvarez de Toledo, para de esta manera realzar la importancia de la Orden Dominicana. Esta construcción estuvo comprendida entre los años 1533 y 1610, pasando por diferentes tendencias arquitectónicas. Acabó siendo un templo de cruz latina de una sola nave, con sencillas formas y cúpula octogonal sobre crucero. La nave la voltea, bóvedas de lunetos totalmente decoradas como la cúpula con labores menudas, mientras que los muros solo son embellecidos con pilastras cajeadas.


El mayor interés artístico radica en la fachada, esta puede considerarse como uno de los más puros ejemplos de la arquitectura del renacimiento del último tercio del S. XVI. Reformada posteriormente en 1731, por Alberto Churriguera, cuenta con bellas puertas ornamentales al naciente y al mediodía. Estas son determinadas por elegantes curvilíneos bocelones con abundante adorno y ornato vegetal, llevando cada puerta sendas hornacinas con esculturas pétreas de San Sebastián y de San Juande Sahagún, pertenecientes ambas a José de Larra, cuñado y colaborador de los Churriguera.

La Iglesia de San Sebastián y el Palacio de Anaya desde Ieronimus.

En el interior se observa un insulso retablo cuya ejecución corresponde a 1903, año éste en el que tuvo lugar la reapertura al culto de la iglesia. No obstante el mismo alberga un lienzo de gran calidad, que representa el martirio de San Sebastián, firmado en Roma, en 1740, por el pintor italiano Sebastián Conca. El aspecto pictórico del templo se completa con sendos cuadros, con la representación respectivamente, de las adoraciones de los Pastores y de los Reyes, obras atribuidas al pincel de Pedro de Orrente.

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