Arte Barroco. Edificios religiosos barrocos. La Clerecia (II).

Arte BARROCO  (S. XVII – S. XVIII)
EDIFICIOS RELIGIOSOS BARROCOS (1533-1765)
la clerecia (1617-1767) (II)




El Claustro en torno al que gira la construcción, merece una especial atención. El mismo conocido como “Patio de los Estudios”, lo inició el maestro catedralicio Juan de Setién Güemes y lo concluyó Andrés García de Quiñones. Está compuesto de tres pisos, uno completamente diáfano y dos con balcones. Todo él se adorna con abundancia de  bocelones, óculos y sartas de frutos, además de un impresionante conjunto de columnas gigantes con capiteles compuestos, culminando el último piso con prismáticos machones.

Destaca en el ala norte, la escalera de honor, ejemplo de la arquitectura histórica salmantina, la misma es de gran monumentalidad, hallándose en ella profusión de estucos y yeserías.

Colegio, actualmente sede de la Universidad Pontificia. La extraordinaria y bellísima puerta de acceso, se trata de una obra que fue concluida por Andrés García de Quiñones. Este sería el que también realizase la decoración del Aula Magna o Paraninfo, antigua “Sala de Disputas”.
En esta dependencia lograría conseguir una obra espléndida y absolutamente barroca. Se halla ornamentada con profusión de estucos y pinturas, destacando en el testero principal una composición pictórica que representa la V Sesión del Concilio de Trento, presidiendo la escena una “Gloria” de La Inmaculada semejante a la de Murillo. En el lado opuesto y de igual manera, existe otra composición pictórica que hace referencia a la “Exaltación de la Compañía de Jesús como madre de las Ciencias Sagradas”.

La Biblioteca es un espacio que sobresale por su abovedamiento, el mismo parece rivalizar con el del aula magna o paraninfo, allí aparecen estucos y paneles decorados con alegorías a la Iglesia, al Antiguo Testamento, la Teología, las Bellas Artes, las Ciencias y la Historia.



El Paseador, es una galería que se encuentra sobre el cuerpo de la edificación que corresponde a la Calle de Serranos. Su construcción se considera una idea original al haber sido situado en lo alto de los claustros. El mismo tiene casi cien metros de longitud y proporciona tanto el aire como el sol que los claustros no dan, permitiendo a la vez disfrutar de unas magnificas vistas, lo mismo que la contemplación minuciosa de detalles arquitectónicos del conjunto de toda la obra.

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