Un libro interesante: "Salamanca y la medida del tiempo"


Son cosas que pasan. De Salamanca se sabe que formó a algunos de los mayores literatos, que catapultó obras mayúsculas como 'El Lazarillo' o 'La Celestina' o que dio origen al Derecho Internacional con su Ius Gentium. Sin embargo nadie, hasta ahora, había reparado en la que podría ser una de las principales aportaciones del Studium Salamantini ya no solo al saber sino a toda la humanidad: nada más y nada menos que el calendario que rige nuestras vidas.
Hasta ahora, porque tras más de 20 años dando vueltas a un manuscrito de la Biblioteca Histórica de la Universidad de Salamanca, la investigadora Ana María Carabias Torres ha publicado un amplio estudio en el que demuestra que un proyecto elaborado en 1515 por una comisión de maestros salmantinos acabó por ser el modelo elegido para la definitiva reforma del calendario, asumida por la UNESCO como la medida del tiempo.
La historia, publicada en el ensayo 'Salamanca y la medida del tiempo' (Ediciones Universidad de Salamanca), es una atractiva combinación de ingredientes científicos, jurídicos, matemáticos y religiosos que sostienen una tesis absolutamente inédita a la hora de valorar la relevancia histórica de la institución salmantina.


Entre los veinte textos españoles con los que la UNESCO inauguró la Biblioteca Digital Mundial se encuentra la Pragmática obre los diez días del año, documento firmado Felipe II ordenando la reforma del calendario en todos sus reinos. Esta pragmática siguió a la bula Inter Gravissimas, expedida el 24 de febrero de 1582 por el papa Gregorio XIII que imponía dicho cambio sobre la cristiandad. Esta bula modificó el calendario juliano y ofreció uno nuevo llamado a partir de entonces «calendario gregoriano». La elección por parte de España de la Pragmática sobre los diez días del año para una biblioteca tan emblemática como la de la UNESCO refleja, sin ninguna duda, la importancia que tuvo en su día la reforma del calendario y la que ha seguido te niendo para la historia de la humanidad, pues hasta la actual norma internacional para la representación de fechas y horarios lo utiliza. El cometido de este libro es el estudio y publicación de los proyectos elaborados a tal fin por la Universidad de Salamanca a lo largo del siglo XVI, uno redactado en el año 1515 y otro en 1578, ambos bajo la solicitud simultánea de papas (respectivamente León X y Gregorio XIII) y reyes (Fernando el Católico y Felipe II). La primera y más importante de las conclusiones a las que se llega es que la Universidad de Salamanca inventó en 1515 un procedimiento matemático que permitía enlazar en un cómputo convergente el distinto ritmo del Sol y de la Luna; y que lo hizo de forma tan exitosa como para haber sido este procedimiento el que finalmente ratificaron los expertos vaticanos y el propio pontífice como base de la reforma gregoriana del calendario; descubrimiento que hasta el día de hoy se había atribuido al italiano Luigi Lilio. Este es un logro relevante para la ciencia e historiográficamente desconocido, que demuestra, una vez más, la excepcionalidad de los conocimientos matemáticos y astronómicos existentes en el seno de la Universidad de Salamanca en torno a esas fechas.

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