Salamanca y el Renacimiento (IX)

SALAMANCA Y EL RENACIMIENTO




Cosme de Medina, nacido en Ayora (Valencia), en 1522, perteneciendo a la Universidad de Salamanca, fue el pionero en propagar en dicha institución las enseñanzas de Anatomía. El Estudio salmantino, atento a las enseñanzas y a las obras de Vesalio,  basadas en la investigación derivada de la disección directa, en 1551, creó, aun en contra de algunos miembros del Claustro, la Cátedra de Anatomía. Así fue como Cosme de Medina, resultó ser el primero en impartir lecciones y realizar experiencias en el cuerpo humano en el Hospital del Estudio. Con este último fin se determinó la creación de un anfiteatro anatómico, situándolo en la Ermita de San Nicolás, que se hallaba en la ribera del río Tormes, denominándose, Casa de la Anatomía, en la que en 1555 comenzaron las prácticas de disecciones.

Los trabajos y las enseñanzas de Cosme de Medina alcanzaron cierta fama, de tal manera que el importante  artista técnico renacentista, Juan Arfe y Villafañe, de origen alemán y establecido en León, completó sus estudios de Anatomía artística asistiendo a las disecciones de cadáveres que realizaba el Profesor Medina. No obstante, la consolidación de la importante labor científica de éste, se vio condicionada por lo que durante mucho tiempo afectó al estudio de la Anatomía, como fue la menor remuneración del que ejercía su cátedra y el escaso reconocimiento social.

Consecuencia de lo anteriormente señalado, Cosme de Medina, compatibilizó la Cátedra de Anatomía con la de Articela, hasta que en 1559, como sustituto, accedió a la Cátedra de Vísperas de la Medicina, que caso de lograr obtenerla en propiedad le abriría las puertas para conseguir, de forma vitalicia, la Cátedra de Prima de Medicina. Sus importantes estudios y labor en la Cátedra de Anatomía, a pesar de hacerle sufrir bastante, acabarían representando para él un vehículo eficaz para catapultarle a metas más codiciosas.

Francisco López de Villalobos.
Libro ‘Los problemas de Villalobos’ (1544)
Francisco López de  Villalobos, Francisco de Villalobos, médico, humanista, traductor, y escritor, nació en 1474, en Zamora o en Villalobos, pueblo de la provincia. Creció en el seno de una familia judía de la que sus antepasados fueron médicos, gozando todos de la protección de los marqueses de Astorga, quienes se cree le sufragaron la carrera de Medicina que cursó en la Universidad de Salamanca, donde se licenciaría mediados los años noventa.

En 1498, se publicó su primera obra en Salamanca, “Sumario de la medicina”, realizando también en aquel tiempo un tratado sobre las “Pestíferas buvas”. La mencionada obra “Sumario de la medicina”, que es una síntesis del Canon de Avicena, enciclopedia médica de catorce volúmenes escrita, alrededor del año 1020, por el científico y médico musulmán persa Ibn Sina (Avicena), tiene la extraordinaria peculiaridad de estar confeccionada en verso. A su vez, el tratado relativo a las “Pestíferas buvas”, resultó ser uno de los primeros escritos europeos donde aparece descrita la enfermedad de la sífilis. De manera sucesiva, Villalobos, fue médico de la casa ducal de Alba, (1506-1510), de Fernando II de Aragón, (1510-1518), y finalmente, de la corte del emperador Carlos I, (1518-1542). 

Las diferentes e interesantes obras, unas científicas y otras literarias, de las que fue creador, rebosan un estilo llano, sin afectaciones, ni excesos eruditos, siendo el primero en significar la valía de Villalobos como autor, el ilustrado Antonio de Capmany, quien no dudó en reconocerlo en su Teatro histórico-crítico de la elocuencia española, señalando que la lengua que utiliza es la de Castilla la Vieja, no dejándose influir por la norma toledana que impuso Garcilaso. 


De sus escritos cabe señalar la importancia de un conjunto de epístolas, que escritas unas en latín y otras en castellano, destacan por su estructura retórica, propia de la tradición humanística, que aprendió en la Universidad de Salamanca, utilizando probablemente la obra Flores rhetorici” (1486), primera retórica humanista española impresa, de la que es autor Fernando de Manzanares, uno de los primeros alumnos salmantinos de Nebrija.

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