Las artes plásticas
La Escultura
Juan de Juni, de origen francés y asentado desde muy joven
en España, e identificado perfectamente con el alma castellana, fue junto a
Berruguete, con el que coincide en la expresión espiritual como raíz estética
de su estilo, el gran representante del desarrollo de la nueva escultura
española en el discurrir del S. XVI. En el trabajo de este escultor, en
contraposición del nerviosismo e ímpetu, que Berruguete refleja en sus obras,
se observa un desarrollo centrípeto de las fuerzas vitales. Este fenómeno
ocasiona que repercuta en la animación de los personajes y destaque, sobre
todo, un estilo fruto de un severo estudio, pudiendo afirmarse en definitiva, que
el llamado Manierismo español, halle su más excelente representación en las
composiciones, grandes, rotundas y angustiosas, de este artista. Una
característica atractiva y singular que imprime a sus obras, es el patetismo
extremo, y la consecución de una técnica escultórica perfecta en el bulto de
las imágenes.
De este autor hay
en la Catedral Vieja
de Salamanca, la imagen de “Santa Ana enseñando a leer a la Virgen ”, que está
considerada como una de las imágenes más bellas de la plástica renacentista
española, figura de armónica monumentalidad, exquisito trabajo en paños y
gestos que revelan una sabiduría técnica precisa y un grupo, en fin, cerrado a
la manera clásica. No obstante, la obra que de él más éxito alcanzó, por su
calidad y complejidad, fue el “Santo Entierro de Cristo”, realizado para
formar parte del retablo de la capilla del desaparecido Convento de San Francisco, de Valladolid, conjunto escultórico que hoy es posible
contemplarlo en el Museo de ésta ciudad. El mismo está compuesto de siete figuras
de tamaño natural, distribuidas en torno a la figura del Cristo yacente,
enlazándose unas con otras en un ritmo armónico, en actitudes rebuscadas pero
no distorsionadas, perfectas todas ellas en su ejecución y transmitiendo la
calma patética de un momento tan sublime.
El entierro de Cristo por Juan de Juni. WIKIPEDIA |
El trabajo de Juan de Juni se centró, de manera
primordial, en la ejecución de retablos, e imaginería procesional,
caracterizándose, por la versatilidad de los materiales que empleaba, tales
como madera, piedra e incluso barro cocido. Junto a las obras antes referidas,
debe hacerse también mención a “Nuestra Señora de las Angustias”, conocida
igualmente como, “Virgen de los cuchillos”, realizada atendiendo a un
encargo de una cofradía vallisoletana. Esta escultura, en la que logra de manera
excepcional plasmar el sentimiento y el dolor de la madre de Cristo, la elaboró
para ser vista de distintos puntos, apareciendo un extraordinario tenebrismo
escultórico, en el que concurre el manierismo pro-Barroco que identifica la
obra de éste artista.
Nuestra Señora de las Angustias. Ilustre Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias, Valladolid (España). wikpedia. Rubén Ojeda. |
En el escenario de la escultura española del Renacimiento,
es imprescindible resaltar la interesante figura del arquitecto y escultor,
Diego de Siloé, hijo, del también escultor, Gil de Siloé. Aunque llegó
aproximarse a la edad de setenta años, abandonó relativamente pronto la
escultura, al trasladarse, en 1528, desde Burgos a Granada, para dedicarse allí
a la arquitectura, motivo por el que su labor escultórica es muy reducida.
Aportó con gran elegancia, el dominio de los esquemas italianizantes, que él,
frecuentemente enriquecía con una profusa decoración.
En la catedral de Burgos, fue el autor de la “Escalera
dorada”, y del “Retablo de la capilla del Condestable”, que hizo
junto a Vigarny, espacio en el que esculpe además del grupo de la “Presentación”,
la “Visitación”, lo que hace en el cuerpo bajo -banco o predela-.
Los retablos laterales de la citada capilla también contienen obras suyas, el “Cristo
Muerto”, y el “San Jerónimo penitente”, ambas ponen ampliamente de
manifiesto las excelsas dotes de escultor que concurren en Diego de Siloé. En
Granada asimismo, se halla en la Capilla Real de su catedral, las
magníficas estatuas orantes que realizó de los “Reyes Católicos”. En
Salamanca existen también diferentes obras y trabajos de Diego de Siloé, considerándose
especialmente notable, el sepulcro de mármol que en forma de túmulo, realizó
para el Arzobispo Alonso de Fonseca, patriarca de Alejandría, y que se
halla en el Convento de las Úrsulas.
Convento de la Anunciación. Sepulcro del Arzobispo de Santiago y Toledo, magníficamente realizado en mármol blanco por Diego de Siloé. Wikipedia. José Luis Filpo Cabana |
La anteriormente mencionada “Escalera dorada”, de
la catedral de Burgos, que curiosamente sirvió de modelo de la escalera que se
puede admirar en la Ópera de París, representa una de las más extraordinarias
obras del Renacimiento, donde Diego de Siloé hizo alarde de su talento como
arquitecto y escultor. En su primera faceta, para salvar el gran desnivel entre
la puerta y la planta, y al mismo tiempo no tener que alargarla en demasía
hacia el interior de la catedral, adoptó la gran solución de hacerla en tramos,
uno solo al inicio que después se bifurca en dos para llegar al segundo piso.
Respecto a la segunda, como escultor y decorador, asombra su desbordante
imaginación, esculpiendo una rica iconografía, motivos vegetales, animales
fantásticos, esfinges, bichas y otros animales que distribuyen a lo largo de
los muros y arcos de la escalera.
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