Arte románico. Construcciones religiosas. Iglesia de Santo Tomás Cantuariense

ARTE ROMÁNICO
EDIFICIOS RELIGIOSOS ROMANICOS (1103-1178)

Iglesia de SANTO TOMAS CANTUARIENSE

Este templo es de cruz latina y de nave única con amplio crucero muy marcado, contando con cabecera de tres ábsides semicirculares escalonados, sustentándose el cimborrio mediante ménsulas de apoyo en la parte superior de los pilares. El ábside principal,  se divide verticalmente en tres calles mediante pilastras que llegan a alcanzar la cornisa, y horizontalmente lo hace en tres cuerpos, utilizando en este caso impostas.
Ábsides
Asimismo en el interior, se puede apreciar como tres arcos apuntados y doblados comunican con las tres capillas de la cabecera, cuyos respectivos ábsides se cubren con bóvedas de horno, haciéndolo con bóvedas de cañón agudo los tramos rectos que le preceden.

Detalle ventanas absides

La ventana central del ábside principal, con indudable acierto, fue rehecha cuando fue llevada a cabo la última  intervención restauradora en el edificio, puesto que la que hasta entonces existía era rectangular, y cuyo origen pudo tener lugar en el S. XVIII, cuando se realizaron algunas obras. Lo mismo ha sucedido con las ventanas de los ábsides laterales, que se encontraban cegadas y que tras la última restauración han recuperado su forma primitiva.
Fachada norte
El templo lo fundaron en 1175 los hermanos Ricardo y Rodulfo, ambos de origen inglés, y que en Salamanca desempeñaban probablemente el cargo de maestros de la Escuela catedralicia. Tratándose de una de las primeras iglesias dedicadas en Europa a Santo Tomás Becket, arzobispo de Canterbury, martirizado en 1170 y canonizado en 1172. Esto representaría la apertura de una vía de penetración de la cultura de la Europa atlántica, que era propiciada en el occidente de España, por la política que seguía Alfonso VIII, quien en 1170 se había casado con Leonor de Plantagenet, hija de Enrique II y de Leonor de Aquitania.
En la capilla mayor se conservan restos de una pintura mural gótica que representa al santo titular, encontrándose sentado en actitud de bendecir y vestido de pontifical, con alba y casulla roja. Esta representación exhibe el naturalismo propio de la pintura protogótica, característica que conduce a situarla a comienzos del S. XIV.
Mas información:
Proxima entrega: Iglesia de San Marcos.

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