Arte Gótico. Construcciones religiosas. Catedral Nueva (I)

Arte GóTICO
EDIFICIOS RELIGIOSOS GOTICOS       (1241-1544)
CATEDRAL NUEVA  (1513-1733)


Obra: Templo Catedralicio. Ostenta el nombre de La Asunción de la Virgen. La edificación tiene en sus diferentes proporciones una importante similitud con la Catedral de Sevilla, y estilísticamente su similitud es con la de Segovia. Destaca entre otros aspectos,  su grandiosidad, magnificencia e indudable armonía, a lo que no hay que dejar de añadir su luminosidad.

Propulsor: El Cabildo Catedralicio, que decidió su construcción en el año 1491, al considerar pequeña y escasa la capacidad de la Catedral Vieja para los 13.000 habitantes con los que contaba entonces la ciudad. El proyecto obtuvo el importante apoyo de Fernando el Católico, quien en 1509 ordenó la traza del nuevo edificio a Alonso Rodríguez y Antón Egas, maestros de las catedrales de Sevilla y Toledo respectivamente.

Estilo: Gótico, si bien habría que calificarlo básicamente como gótico tardío o contaminado, con importantes connotaciones barrocas. La obra puede considerarse muy bien como el broche de oro de la arquitectura gótica salmantina. A pesar de que ésta construcción se extendió a lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII, siempre se observó con rigurosidad su proyectada e inicial estructura gótica. No obstante a la misma sucesivamente se incorporaron, especialmente en lo que concierne a su ornamentación, diversos elementos de estilos posteriores, como pueden ser renacentistas, barrocos y neoclásicos. Esto no restaría en absoluto interés y calidad artística a la obra, sino que al contrario, la enriquecieron y la revistieron de una mayor personalidad.


El templo se configura con planta de salón y cabecera plana. Cuenta con bóvedas de crucería nervadas, así como con tres naves y dos más en los laterales, hallándose en éstas diferentes capillas y hornacinas. La cúpula que se encuentra sobre el crucero es de estilo barroco. La planta y alzado del edificio mantiene una uniformidad gótica que lo atestigua el exterior con los arbotantes, contrafuertes y pináculos, algo que también se observa en el alzado interior de las naves.
El primer efecto que causa al adentrarse en la catedral, especialmente si se hace por la puerta del Nacimiento, es el originado por la magnitud, luminosidad y prestancia arquitectónica que aportan al conjunto las tres altas naves, las cuales son cubiertas con complicadas bóvedas estrelladas y de nervios curvos. Este efecto tiene su culminación al contemplar la capilla mayor y el crucero sobre el que se halla la cúpula barroca rebosante de una espléndida teatralidad.
La esbeltez y elegancia del interior del edificio, entre otros aspectos, la propicia la forma en que se elevan los altos pilares, cuyas haces de finas columnillas se prolongan hasta fundirse con los nervios de las espléndidas bóvedas ojivales. De todas éstas últimas, la más ostentosa es la que policromada y dorada sobre fondo azul cubre la capilla mayor.
Esta famosa y espectacular bóveda, se construyó a comienzos del S. XVIII cuando el barroco alcanzaba su mayor pujanza. Respetando su dibujo, respecto a lo que había proyectado Rodrigo Gil de Hontañón para el resto del edificio, se amplía su decoración para dignificar el espacio, añadiendo angrelados, claves pinjantes y cabezas de ángeles que al ser dorados destacan sobre el azul cielo de los plementos.
Los muros del templo son rodeados en el interior por dos galerías. La que lo hace por las naves laterales es de tracería flamígera de extraordinaria fantasía, en la que sucesivamente aparecen, escenas de caza, animales medio ocultos en la decoración de cardinas y cabalgadas a lo largo de las cornisas de los corredores. Mientras que la galería que recorre la parte correspondiente a la capilla mayor, muestra una elegante balaustrada renacentista.
El contraste que se aprecia en los trabajos llevados a cabo en las galerías anteriormente reseñadas, tiene igualmente lugar entre los medallones platerescos, que con bustos de profetas, evangelistas y doctores, se hallan esculpidos en las enjutas de los arcos de la nave mayor, y los escudos que del Cabildo se encuentran en las naves laterales.

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