Arte Gótico. Construcciones religiosas. Catedral Nueva (III)

Arte GóTICO
EDIFICIOS RELIGIOSOS GOTICOS       (1241-1544)
CATEDRAL NUEVA  (1513-1733)

La catedral alberga dos órganos espléndidos, el de la derecha del S. XVI, construido por Damián Luís, tiene pintadas en sus portezuelas figuras de los apóstoles, decoración que llevó a cabo el salmantino Francisco Montejo, discípulo de Morales, mientras que  el de la izquierda del S. XVIII, debe su fabricación al organero real Pedro de Echevarría.
Coro y Capilla Mayor.
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La capilla mayor, cuyas paredes están recubiertas con terciopelos carmesíes, muestra hoy una escultura de La Asunción del S. XVII, del toresano Esteban Rueda. En este espacio estuvo antes ubicado un gigantesco tabernáculo proyectado en 1727 por Alberto Churriguera, siendo retirado por riesgo de incendio. También aquí, centrando el altar, encontramos un tabernáculo de mármoles y jaspes, obra realizada en 1750 por Simón Gavilán Tomé, a cuyos lados en sendas urnas barrocas de plata, se hallan los restos de Santo Tomás de Villanueva y de San Juan de Sahagún.
Las paredes o muros de cierre del coro y trascoro que se erigen entre los años 1732 y 1738, se deben igualmente a Alberto Churriguera, pudiendo muy bien considerarse, por la gran creación lograda, como retablo-trascoro. En él, tanto la menuda como la apretada talla, evoca a la plateresca, enriqueciendo la exquisita decoración empleada, la belleza de pilastras, columnas, frisos y óculos. Allí mismo y en dos hornacinas laterales, se hallan colocadas dos magníficas esculturas de Santa Ana y San Juan Bautista, obras de Juan de Juni, procediendo ambas del sepulcro, que en el claustro de la Catedral Vieja  corresponde al arcediano Gutierre de Castro.
 La sobresaliente sillería del coro realizada en madera de nogal y que en total cuenta con 104 sitiales, si bien pertenece a un proyecto de Joaquín de Churriguera, como consecuencia de fallecimiento de éste en 1725, acabó concluyendo el mismo, su hermano Alberto. Esta es considerada en su género, como uno de los máximos exponentes del barroco español. Los tableros de la sillería alta, que muestran figuras de cuerpo entero, separados por estípites y adornados con cabezas de serafines, contienen los relieves de más calidad, siendo José de Larra y Alejandro Carnicero sus ejecutores. La sillería que se halla debajo, y  cuyos respaldos están tallados con relieves de medio cuerpo, es obra de menor calidad y pertenece a Juan de Múgica.
Al conjunto al que hasta ahora nos venimos refiriendo, es imprescindible añadir el trabajo que también allí se encuentra, realizado por el cerrajero del Duque de Alba, Pierre Joseph Dupérier, que consiste en la rejas de estilo rococó que con espléndida elegancia y gusto cierran tanto el coro como la capilla mayor.
Las diecisiete capillas que conforman las naves laterales, se hallan, como anteriormente ya se ha comentado, integradas sabiamente, en el conjunto de la obra, todas con bóvedas combadas, y testero oriental ocupado por un altar o retablo, abundando asimismo los nichos sepulcrales. En ellas se distribuyen importantes trabajos de constructores, tallistas  y escultores, como Antonio de Paz, Juan de Álava, Juan de Gante, y Juan de Mondravilla entre algunos otros, y ensambladores de retablos tales como Antonio García Ramiro y Francisco García, no faltando diversas intervenciones de Alberto Churriguera.
Retablo de la Capilla Dorada.
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La primera comenzando por el lado de la Epístola, su advocación corresponde a San Lorenzo, presidiéndola un excelente retablo con altorrelieve monumental que representa el martirio del santo. A ésta, la sigue la capilla conocida como la Dorada o de Todos los Santos, originado por el gran numero de ellos que la cubren, rebasando el número de 110, representados en estatuas policromadas tanto en piedra como en madera. Al contener la policromía gran cantidad de oros y brillos, fue lo que motivaría que también se la conociera como la Dorada. Una bellísima reja gótico-renacentista proporciona el cierre de ésta capilla.
La tercera capilla que sigue por el orden que hemos establecido, es la del Presidente, conocida así porque en 1577 fue el Presidente de la Real Chancillería de Valladolid, Don  Francisco Fernández de Liébana, quien la dotó. Destaca en la misma las dos excelentes pinturas del retablo, la primera representa el Santo Entierro, copia de la que de Tiziano se puede contemplar en el Museo del Prado, y la segunda, la Aparición de Cristo Resucitado a su Madre, imitación de la pintura que para el claustro de El Escorial, hiciera Fernández Navarrete “El Mudo”.
Virgen de Morales.
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La capilla de Morales es la que se halla a continuación, y debe su nombre al autor de la tabla que se puede ver en el ático del retablo que con motivos escurialenses y de aceptable traza allí se encuentra. El  trabajo que contiene la tabla mencionada, es considerado como la muestra pictórica más valiosa de la catedral. Representa a la Virgen con el Niño y San Juanito, encerrando la obra un estilo claramente manierista, al igual que ciertas referencias rafaelescas y leonardescas, no careciendo tampoco de influencias flamencas. En esta capilla se hallan asimismo albergadas en el retablo, unas interesantes esculturas de San Agustín y San Gregorio, y en todo su entorno, distintos sepulcros de canónigos, profesores, médicos y de catedráticos de astrología de la Universidad salmantina.
La última capilla del lateral que estamos recorriendo, es la perteneciente a la Virgen del Desagravio, cuyo nombre es debido a la profanación de la que fue objeto en el año 1664 la pintura que allí se encuentra representando a la Inmaculada. Los enemigos del fervor inmaculadista existente en la ciudad, acuchillarían la misma ocasionando en ella importantes destrozos. Entonces fue cuando el Cabildo, como reparación del sacrilegio cometido, encargó construir el retablo para albergar la pintura profanada. Este retablo es el primero que se construiría en Salamanca con columnas salomónicas.
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