Arte Plateresco. Universidad de Salamanca (VII)


Arte PLATERESCO

UNIVERSIDAD DE SALAMANCA  (1415-1769) (vII)



Retrato de Fernando I, el de Antequera
WIKIPEDIA

Juan II cuyo reinado abarca de 1406 a 1454, ocupa el trono de su padre Enrique III, siendo menor de edad, lo que daría lugar a una nueva regencia, la cual desempeñan su madre Catalina de Lancaster y su hermano el infante Fernando. Este último al ser proclamado en 1412 rey de Aragón, deja en la corte castellana a los conocidos como los “Infantes de Aragón”. Estos actuaron como un auténtico grupo de presión, lo que motivaría que la regencia la ejerciera en solitario hasta su muerte en 1418, Catalina de Lancaster.
A lo largo de este reinado, los “Infantes de Aragón”, protagonizaron una lucha ininterrumpida contra la monarquía castellana, llegando a ocasionar en 1428 el estallido de una guerra civil en Castilla. Antes de morir Juan II, en 1453 sella la paz con Juan de Navarra, y ordena la ejecución del controvertido personaje Álvaro de Luna, condestable y valido del monarca castellano.
Enrique IV, hijo de Juan II, que reina de 1454 a 1474, nada más ocupar el trono aleja de la política castellana a los “Infantes de Aragón” que tantos problemas habían creado a su padre durante su reinado, inaugurando una época de paz con Aragón, y de reconciliación con Juan de Navarra. Este rey creó con sus sucesivos matrimonios un conflicto sucesorio que cuando muere no había logrado dejarlo resuelto. Tras un breve matrimonio con Blanca de Navarra, de la que se divorció en 1453, se casa con Juana, hermana del Alfonso V de Portugal. Así en 1462 nace Juana de Castilla, conllevando su supuesta ilegitimidad, siendo conocida como La Beltraneja, ya que se decía que realmente era hija de Juana de Portugal y de Beltrán de la Cueva, favorito del rey.
Inscripción que recuerda el tratado de Los Toros de
Guisando. WIKIPEDIA.
La situación anterior creó una importante división entre los nobles, quienes eran partidarios de que fuera nombrado heredero el infante Don Alfonso, tío del rey y hermano de la que más tarde sería Isabel la Católica. Esta era hermanastra de Enrique IV, pues era hija de Juan II de Castilla y de la segunda esposa de éste Isabel de Portugal. En 1468, Enrique IV e Isabel se reúnen en Los Toros de Guisando, y con sus respectivos representantes acuerdan el reconocimiento para todas las facciones, mediante un pacto por medio del cual se acepta al primero como rey de Castilla y a Isabel como heredera.
El referido pacto sería declarado nulo por Enrique IV, cuando Isabel en 1469 huyendo a Valladolid, allí contrae matrimonio de manera clandestina con Fernando, hijo este de Juan II de Aragón, unión que no contaba con el consentimiento papal por ser primos, siendo entonces cuando Enrique IV, en 1470,  piensa en proclamar heredera a su hija Juana. En 1471 llegaría la dispensa papal para el matrimonio de Isabel y Fernando, cuando ya había nacido su primogénita Isabel.
Al fallecer en 1474 Enrique IV, sin haber resuelto el problema sucesorio existente entre Juana e Isabel, ésta última al día siguiente logró ser proclamada reina de Castilla en Segovia. Para ello contó con el importante apoyo de las familias más rancias de la aristocracia castellana así como de los aragoneses. Esto no impediría que surgieran considerables conflictos que terminaron conduciendo a una guerra e incluso a una confrontación internacional entre 1475 y 1479. En ella  el enfrentamiento era con los partidarios de Juana, la cual había contraído matrimonio con Alfonso V de Portugal, y que constituían la Liga Nobiliaria, ayudados por Portugal, y Francia, países ambos que no veían con agrado la unión de Castilla y Aragón.
Aunque la guerra referida anteriormente no concluyó hasta 1479, resultó ser ya antes en 1476, muy determinante la victoria de los isabelinos en la Batalla de Toro, comenzando entonces a desaparecer uno a uno los diferentes apoyos internacionales. Así finalmente en 1494 y de forma sucesiva se firmaría con Portugal los Tratados de Alcaçobas y de Tordesillas. En virtud de los mismos se anulaba el matrimonio de Juana con Alfonso de Portugal, y se acordaba el de Isabel, la primogénita de los Reyes Católicos, con un hijo del rey portugués, garantizándose al mismo tiempo la zona de influencia portuguesa en África.

Planisferio de Cantino de 1502, que muestra el meridiano designado en el tratado de Tordesillas.

A partir de este momento la historia de Castilla y León son paralelas, hasta 1492, que conquistada Granada se uniría al territorio castellano, como igualmente más tarde sucedería en 1512 con la anexión de Navarra, comenzando de esta forma la proyección internacional de Castilla, que hasta entonces había sido superada por la de Aragón.

(El resto del contexto histórico-político concerniente a la Universidad, se complementa con el correspondiente a la Torre del Clavero, Casa de las Conchas, Catedral Nueva, y Clerecía)

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