Aspectos, hechos y personajes del Renacimiento (XII). Las artes plasticas: Arquitectura (IV)

Aspectos, hechos y personajes del Renacimiento
Las artes plásticas
La arquitectura

ESPAÑA

Catedral Nueva de Salamanca
En España, motivado por la importante implantación del gótico final isabelino, el estilo renacentista tarda en penetrar desde Italia, prueba de ello es que cuando ya se estaban construyendo edificios renacentistas, como la Basílica de San Pedro, aquí todavía se mantienen las opciones tradicionales del gótico, siendo ejemplo de ello las catedrales de Segovia y Salamanca. De hecho, las primeras manifestaciones de las obras ejecutadas con éste nuevo estilo, se hallan impregnadas de algunos elementos claramente tardogóticos. En el transcurrir de la arquitectura renacentista en España se irán sucediendo diferentes corrientes estilísticas, en especial la concerniente al plateresco, y sobre todo ya al final, el serio y austero herreriano, que llegaría a fundirse con el primer barroco español de comienzos del S. XVII.

La arquitectura renacentista en nuestro país, al menos en los dos primeros tercios del S. XVI, es esencialmente la que representa el referido estilo plateresco. La misma, se vería comprendida en un contexto considerado de arte oficial, dominado en los inicios de ese siglo, por las monarquías de los Reyes Católicos, primero, y después por la ostentada por Carlos V. En ella es muy frecuente, que aparezca la combinación de estructuras pertenecientes al gótico final flamígero o isabelino con elementos decorativos de procedencia italiana, que incluso incorpora elementos mudéjares.

Patrio de la Casa de las Conchas. Salamanca.
El plateresco sinónimo de la arquitectura renacentista en España, se caracteriza por la ejecución de edificios cuyas fachadas se hallan ricamente decoradas con adornos almohadillados, medallones, escudos, columnas con capiteles corintios, y pilastras decoradas con insectos, hojas, y otras representaciones, que agrupadas se conocen como grutescos. Ejemplos significativos son, la Casa de las Conchas”, y la Fachada de la Universidad”, en Salamanca, en el que el frontispicio de este último edificio, aparece decorado con un fastuoso retablo humanista; el Hostal de San Marcos”, en León; el Ayuntamiento, en Sevilla; y el “Palaciode Carlos V, en el centro del recinto de la Alhambra en Granada.

Son tres los periodos en que pueden encuadrarse las distintas etapas del desarrollo de la arquitectura del Renacimiento en España. El primero que va de los últimos años del S. XV hasta el primer tercio del S. XVI, es la del plateresco propiamente dicho, el siguiente comprendido en el segundo tercio del S. XVI, es la conocida como la del plateresco purista, y el tercero y último que se desarrolla en las postrimerías del mismo siglo, se identifica con la etapa en que emergió el estilo herreriano. Sin menoscabar la importancia de ninguna de estos periodos, hay que reconocer que la plenitud de la arquitectura del Renacimiento en España, tuvo lugar a lo largo del reinado de Carlos V (1517-1556), siendo este el ciclo más creativo de la arquitectura renacentista. Esta fase resplandece especialmente por la aplicación de la perspectiva y, también, por la novedad que representa el establecimiento de grandes espacios que permiten una mejor contemplación de las espléndidas edificaciones que se llevan a cabo.

Palacio de Carlos V. Granada. Wikpedia.

Como consecuencia de ser la nobleza, y de manera muy concreta la familia de los Mendoza, la que introdujo el Renacimiento en España, es lógico, que las primeras realizaciones fueran de una tipología concreta, la del palacio. En todos los edificios de este tipo se observa una dependencia de modelos italianos muy dispares, en ellos se aprecia una novedad no solo en lo formal, sino en la nueva concepción de la fachada como un elemento de la escenografía urbana e imagen representativa de la nobleza de sus dueños.

Estos, a lo largo de la Baja Edad Media, habían preferido todo lo contrario, que la proliferación de elementos suntuarios y decorativos se hiciera en el interior del edificio, considerando a la fachada como un cierre que no tenía interés en representar nada en relación a la calidad del interior. De ahí, el sorprendente contraste, que se aprecia en las construcciones de ésa época, entre el exterior austero y un interior rico, que no deja de ser una herencia árabe, algo que no resulta difícil comprobar en los palacios que datan de a finales del Medioevo, pero que también se sigue observando en muchos ya renacentistas.
Fachada del Palacio Ducal de Cogolludo


Ejemplos, si bien con ciertas variaciones, de lo anteriormente expuesto pueden ser los tres palacios siguientes: el “Ducal de Cogolludo”, en Guadalajara, mandado construir por la familia Mendoza y diseñado por Lorenzo Vázquez de Segovia; y los dos fortificados, el de La Calahorra, en la provincia de Granada, perteneciente al Marqués de Zenete, y aunque encargada en principio su construcción al mencionado Vázquez de Segovia, por desavenencias con él, lo llevaría a cabo el genovés Michele Carlone; y el de Vélez Blanco, en la provincia de Almería, construido por encargo del Marqués de los Vélez, atribuyéndose su construcción al italiano Francisco Florentín. 

Patio del castillo de Vélez Blanco en el Museo Metropolitano de Nueva York
Wikipedia


No hay comentarios:

Publicar un comentario

ir arriba