La Literatura (I)
El redescubrimiento e interpretación de textos antiguos,
desde Petrarca hasta Erasmo, originó lo que venimos denominando Humanismo.
Tanto humanistas como neoclásicos, despreciaron completamente la literatura
medieval, lo que derivó en cometer el importante error, que muchos coinciden en
apuntar, de no acertar a distinguir entre imitación y emulación.
ITALIA
Italia contando con importantes mecenazgos como los de
Lorenzo de Médicis o la Casa de Este, fue la cuna del “Tercer Clasicismo”, dando lugar a que pudieran
trabajar muchos escritores de talento. Pero lamentablemente, de cara a la posterioridad,
debido a la estrecha censura y el complicado control de la propiedad, fueron
escasas las obras que después de 1530 pudieron ver la luz.
Angelo Poliziano. wikipedia |
Allí destacarían, Ángelo Poliziano (Ambrogini),
traduciendo varios libros de la “Ilíada”, componiendo numerosas poesías
en latín, y escribiendo el drama lírico “Orfeo”; el poeta, Luigi Pulci,
que con su obra “Il Morgante Maggiore”, feliz mezcolanza de lo serio con
lo cómico, dio categoría literaria a la poesía caballeresco-burlesca; MatteoMaría Boiardo, también poeta, cuya obra, “Orlando innamorato”, largo
poema narrativo, es considerado por muchos, como la suprema realización poética
de la Italia
del S. XV. Esta obra sería más tarde complementada por el igualmente poeta,
Ludovico Ariosto, escribiendo, “Orlando furioso”, que es a su vez,
conceptuado como uno de los grandes poemas de la humanidad. La fama de este
autor conseguiría rebasar las fronteras italianas, siendo imitado en España por
Luis Barahona de Soto.
Mención aparte, y muy especial, merece, Nicolás Maquiavelo, uno de los personajes más sugerentes del Renacimiento italiano,
cuyo trabajo, debido a su intensa complejidad e influencia en el pensamiento de
la época, bien podría encuadrarse, igualmente que lo hacemos en el apartado de
Literatura, hacerlo en el de la Filosofía. Este
florentino, después de estudiar jurisprudencia, sería designado secretario de la República Dei Dieci,
siendo precisamente la experiencia que obtuvo en su carrera política, la fuente
de la que fluyeron sus conclusiones teóricas. Su mérito fundamental consistió
en su habilidad para estructurar una teoría política en base a las experiencias
cotidianas, al margen de toda concepción idealista.
“El Príncipe”, su obra
maestra, ha tenido una trascendencia universal por constituir un verdadero
manual para el ejercicio del poder. En el expone que es un principado, cuáles
son sus clases, cómo se adquieren, cómo se conservan y por qué se pierden, y
como un excepcional visionario, consigna y hace premonición de cosas, tan de
actualidad aun en nuestros días, que pueden ser aplicadas a cualquier jefe de
gobierno ahora en el cargo.
Un ejemplo de lo dicho con anterioridad, puede ser cuando
en su referida obra afirma, que el mal hay que hacerlo de entrada y todo a la
vez, y en cambio, el bien es conveniente hacerlo muy poco a poco y en muchas
pequeñas dosis. La amoralidad del libro no puede sorprender, ya que resulta
imposible ignorar, que Maquiavelo fue secretario de César Borgia, su principal
inspirador. “El Príncipe”, el primer libro que desarrolla técnicamente,
y con un lenguaje apropiado, el arte de gobernar, no sólo revolucionó la
concepción del ejercicio del poder sino el estilo de toda la literatura
renacentista.
Abundando en la atractiva, y a veces desconcertante,
figura de Maquiavelo, debe consignarse, que hay estudiosos que no dudan en
afirmar, que la denigración de este personaje, se vio especialmente favorecida,
por la amplia divulgación de “El Príncipe”, tendiendo, en cambio, a
ignorarse que su pensamiento político se expone de manera más amplia y
muchísimo más completa en su obra, “Discursos sobre la primera década de
Tito Livio”. En ella, Maquiavelo, se muestra sorprendido del desinterés de
sus contemporáneos por los grandes hechos políticos de la antigüedad,
convencidos de la imposibilidad de imitarlos, estando él en cambio, persuadido
de que cabe extraer útiles enseñanzas de los antiguos en materia política, del
mismo modo que se hace en el campo del arte, la jurisprudencia o la medicina.
FRANCIA
Rabelais leyendo. Retrato anónimo de principios del s. XVIII. CALVINO |
En la ciudad de Lyon, centro del renacimiento francés,
François Rabelais, daría un gran paso adelante, con la obra, que comprendida en
cinco libros, desarrolla en ella las aventuras de los gigantes Gargantúa y
Pantagruel, por medio de las que estos héroes, y los demás personajes que les
acompañan, con su comportamiento, proclaman la liberación de la mente
renacentista, encarnando la sabiduría consistente en acertar a llevar una vida
según las leyes de la naturaleza.
En este país, surgió también la figura del reformador y
teólogo protestante, Juan Calvino. Como escritor en el campo de la Teología , se distinguió
por la claridad, el método, la precisión y la agudeza lógica. Instalado ya en
Basilea, a dónde huye de la persecución, en 1536, escribe su obra más famosa, “Instituciones
de la Religión
Cristiana ”, libro en el que trata del problema de la
predestinación, del papado y de las normas principales de la vida cristiana. En
1531, contando veintidós años, se erigió como el principal dirigente del
protestantismo europeo. En su carrera siempre aparecerá la afrenta que
representó la muerte del español Miguel Servet, que sería ajusticiado por la
denuncia hecha por él, acusándolo de antitrinitarismo y por haber criticado su
citada obra “Las Instituciones”.
Bonaventure des Périers, que ocupó el cargo de ayuda de
cámara de Margarita de Navarra, en 1539 publicó la más conocida de sus obras, “Cymbalum
Mundi”, en la que, bajo el argumento de atacar a antiguas supersticiones,
satiriza las creencias religiosas de sus contemporáneos. Más tarde, habiendo
fallecido cuando contaba treinta y cuatro años, sus amigos con carácter póstumo
publicaron, “Nouvelles récréations et joyeux devis”, (Nuevos recreos
y alegres charlas), colección de noventa novelas, que es considerada la
primera obra de ficción en prosa, realizada ateniéndose a los cánones
establecidos en obras del anteriormente mencionado François Rabelais, o de
Margarita de Navarra, quien lo hizo en el volumen de cuentos “Heptaméron”.
Mediado el S. XVI, surgiría asimismo en Francia, el Grupo
Pléyade, que por ser siete sus componentes adoptarían el nombre de la
constelación que ostenta ese nombre. Este colectivo rechazando las formas
medievales, restauró la épica, enriqueció el vocabulario, y purificó la poética
y la prosodia, ateniéndose a los cánones clásicos.
Los dos últimos grandes escritores en Francia, serían
Michel Montaigne, citado ya con anterioridad, y Guillaume du Bartas. El primero
en su obra cumbre, “Ensayos”, deja amplia constancia con observaciones,
opiniones, y reflexiones, de la experiencia derivada de su propia vida.
Sirviendo de referencia su participación en las Guerras de religión de Francia,
sus viajes desempeñando, en diferentes ocasiones, el cargo de alcalde de
Burdeos, y su intermediación entre el rey Enrique III, y el entonces jefe
protestante, Enrique de Navarra. “Ensayos”, es una obra conceptuada como
el diario de un hombre en busca de la sabiduría.
En lo que concierne a Guillaume du Bartas, es considerado
como un gran poeta, que como tal afirmó: “Todo el arte que se aprende a
través del arte, la poesía es el único don del cielo puro”.
Escribió el poema bíblico “Judith”, y en su obra destaca, “La Semaine ”,
sobre la Creación
e inspirada en la Biblia ,
y la que no llegaría a completar, “La seconde semaine”, que consiste en
un relato de la historia de la humanidad, en el que el autor se muestra como
defensor de las teorías geocéntrica y la astrología, para quien el sistema de
Copérnico es una quimera.
El Príncipe la verdad es que es aterradoramente actual...
ResponderEliminarDe todos modos yo creo que sacando a la luz las técnicas de los dirigentes tiranos Maquiavelo hizo un servicio a la humanidad. Porque reconocer al tirano es el primer paso para derrocarlo.
Saludos!